Arriba y atras

Aquella horrible estatua era un legado puro del terror que se vivió aquella noche, su forma era completamente fuera de este mundo, ni siquiera las deidades ctonicas podrían enfrentar tal imagen. El hombre se había transformado en una garra gigante, extensiones de carne alzadas hacia su espalda, formando una S con los brazos, piernas retorcidas en espiral, el rostro estirado, deforme, la frente impactada, los dientes salidos, parecía un caballo, la nariz hundida e invisible, solo el agujero quedaba para dar muestra y los ojos, hundidos en un agujero negro, quedaban congelados en tal forma que penetraban el alma, pareciendo querer seguir al visitante de aquella sala donde un grupo de gente entro y jamas salio, la única prueba de que alguien estuvo dentro fue este regalo de una dimensión que la mente Humana no puede comprender y que a su vez le defiende de los horrores que deberá enfrentar una vez de vuelta en la dimensión propia.